30/12/08

Un joven que simpatiza con ETA tiene que inventarse al enemigo



Tatiana Rojas Brito y Miguel Pato (Periodista Digital, 29-12-2008)

Miembro activo del IRA en los años 70, fue juzgado y condenado en 1975 por terrorista. Durante su estancia en la cárcel reflexionó sobre el terror y las víctimas que causó “aquella lucha”. Ahora alza su voz, esta vez por la paz, con el libro “No más bombas” (Ed. Libros Libres).

“Botellas rotas bajo los pies de los niños. Cuerpos esparcidos a través de un callejón sin salida… Muchos han perdido, ¿pero dime quién ha ganado? Las trincheras cavadas en nuestros corazones”. Así suena “Sunday Bloddy Sunday” de U2, una que rememora el terrible Domingo Sangriento.

Shane Paul O’Doherty estuvo allí aquel día en el que murieron 13 personas a manos de la brigada paracaidista británica.

“Yo tenía 17 años e iba en una manifestación en defensa de los derechos humanos. Iba con un amigo mirando a las chicas y riendo. De repente tiros y caos. Eché a correr para salvar la vida aquel domingo”.

http://www.youtube.com/watch?v=2AdmGjaRTWc

En este círculo de violencia vivió Shane Paul durante su adolescencia. El asedio británico en las calles en busca de simpatizantes del IRA, la sensación de desamparo político y su juventud lo llevaron a acogerse al mensaje más radical de la banda terrorista.

“Los irlandeses éramos ciudadanos de segunda en nuestro propio país, una minoría localizada. No teníamos ni siquiera representación en el Parlamento. Todos nos preguntábamos quién defendería nuestra gente, nuestros vecindarios, nuestros guetos. Y el IRA dijo: nosotros os defenderemos”.

Shane Paul O’Doherty cuenta que durante los años que desarrolló actividades terroristas estaba cegado y creía firmemente en el uso de la violencia para defender su causa

“Los gobiernos y las iglesias creen en el concepto de ‘guerra justa’ y han empleado la violencia cuando lo han creído necesario. Nosotros no nos considerábamos terroristas. Éramos patriotas defendiendo nuestro país del opresor británico”.

Y es que muchos sectores de la comunidad norirlandesa apoyaban al IRA y veían como héroes a sus miembros

“Los católicos fueron obligados a vivir en extrema pobreza. Estaban rodeados del gobierno, de las fuerzas de policía y de los soldados de la armada británica protestante que atacaban las zonas católicas con pistolas y bombas.”

“La gente joven trataba de resistirse simplemente con piedras y cócteles molotov. La comunidad católica entera los enaltecía como héroes antes de que llegase el IRA: hombres de negocios, abogados, profesores… Todos los que vivían ahí se sentían seguros porque teníamos barricadas y personas heroicas que tiraban bombas”.
Pero no resolvieron nada con las armas y agravaron la situación de su comunidad. El sufrimiento y el dolor de los suyos y ajenos no les hacía ceder en su lucha armada a pesar de ver que no obtenían resultados

“Cualquier hombre que experimente la violencia, el sufrimiento y el horror en su comunidad quiere un final para esta situación. Pero desafortunadamente muchos son los orgullosos y extremistas que no quieren parar hasta ver beneficios. Es muy difícil volver a la comunidad diciendo: ‘La hemos fastidiado. Esta guerra estuvo mal y todo el dolor y el sufrimiento no sirvieron para nada’. Conlleva un coraje muy especial para el líder el parar la guerra”

Ahora el ex terrorista mira atrás y se arrepiente de no haber agotado la vía política antes de coger las armas para lograr derechos para Irlanda del Norte

“Nos precipitamos a la guerra antes de probar medidas pacíficas, política activista, política apasionada. Fuimos a la guerra primero y luego nos rascábamos la cabeza pensando: ¡Mierda, quizá deberíamos haber probado la vía política! Todavía tenemos fronteras y reglas británicas pero ahora los católicos tienen ahora la mitad del poder. Lo terrible para mí y para las personas que estuvieron 14 o 15 años en la cárcel es que podríamos haber obtenido todas estas cosas a través de medidas democráticas”.

Este mensaje es el que quiere transmitir con su libro y pretende llegar a los jóvenes en riesgo de ser atraídos por grupos parecidos al IRA

“El libro intenta decirles a los jóvenes: no hagáis lo que yo he hecho. No vayáis donde yo he ido porque eso supone muchos problemas para todo el mundo. Mi problema fue que, cuando escapé porque me perseguía la armada británica y la policía por las bombas de Londres, ya no tenía opciones, ya no podía volver atrás. Mi deseo es que mi libro sea leído sobre todo en el norte de España, en el País Vasco”.

Shane Paul O’Doherty siente España como su segunda casa y ve diversas similitudes entre el País Vasco e Irlanda del Norte, con algunos matices:

“Un joven vasco no ve a soldados españoles en la calle con sus pistolas apuntándoles a la cara: es muy diferente. De hecho tiene que inventarse al enemigo. Pero en España pasa ahora como pasaba entonces en mi país: el catolicismo se está derrumbando y existe una polarización de los partidos políticos. Soy un turista político.”

19/12/08

Feliz Navidad y Próspero 2009
os desea Ana Lydia

Ponía bombas en Londres y sabía que eso no llevaba a ningún lugar


Por Alfredo Urdaci, publicado en La Gaceta el 15 de diciembre de 2008
Shane Paul O'Doherty, terrorista arrepentido del IRA.

El hombre que gesticula y sonríe frente a mí aterrorizó a Londres durante meses con sus cartas bomba. En 1975 fue juzgado y condenado. Pasó 14 años en la cárcel. En ese tiempo redescubrió la fe, se arrepintió y escribió cartas de perdón. En el 89 salió de prisión.

Estudió Filología, Teología y Filosofía. Habla como un torrente, ríe, mueve las manos y dispara chistes sobre ingleses. Ha vivido en Irlanda, en Estados Unidos, en Suecia, y en la cárcel. En prisión se liberó. En No más bombas (Libroslibres) relata su vida.

¿Por qué entró en el IRA?
Fue con 15 años. En mi casa nunca se habló del problema irlandés. Fue en la escuela. La historia sólo hablaba de los héroes, de los mártires, de violencia.

Así que usted se dedicó al terrorismo.
No entendía cómo a unos kilómetros de mi casa los irlandeses tenían libertad y nosotros no. Desde nuestra ventana se veía la Irlanda libre. Nos educaron para la violencia.

Hoy está liberado de ese odio.
Yo crecí internamente en la cárcel. La lección más extraña de mi vida es que después de haber luchado contra ellos, una vez cumples la condena, los ingleses te dejan en paz. Y eso no pasa en otros países.

Pues les dejó usted amargos recuerdos.
Hoy voy a Londres a menudo y me muevo con facilidad. Cuando vuelvo a Irlanda les digo lo respetuosos que son los británicos y no les gusta.

¿Cuándo se dio cuenta de que el camino del terrorismo era un callejón ciego?
Cuando ponía bombas en Londres ya sabía que aquello no llevaba a ningún lugar.

¿Y en prisión?
Mire, en prisión no tienes otra opción que ser honesto. Mandé una carta al periódico del IRA con mis reflexiones. No la quisieron publicar. Se la mandé al obispo y la hizo pública.

Y estalló.
Todos sabíamos que la violencia no llevaba a nada, pero estaba el honor, y por eso nadie quería reconocerlo. Cuando estás en la cárcel te dicen que no aceptes nada del enemigo. Yo fui el primero que optó por la educación.

Eso le condenó a la soledad.
Necesitaba la libertad de pensar por mí mismo. Tenía que luchar contra una organización que me dominaba. En la cárcel encontré mi liberación personal. Es como la historia de Yoyes.

¿La conoce?
Claro. Yoyes demuestra el miedo que tienen las organizaciones terroristas a que sus miembros piensen por sí mismos.

¿Y cómo se sale?
La misma pasión que pones en la violencia la tienes que poner en una liberación personal. La gran pregunta es ¿ha merecido la pena tanto dolor, tanta gente en prisión, tantos muertos?

Esa es una pregunta con respuesta incluida.
Muchas veces me miro al espejo y pienso que la huella que dejamos en el mundo es muy leve. Quiero que la mía sea lo mejor y más profunda posible.

En casa no le hablaron de armas, ni de odio y, sin embargo, usted eligió esa opción. Le pasará a otros.
Es que la escuela nos contó una historia de violencia, no nos hablaron de derechos humanos. Y no es posible ninguna cultura moderna que piense que matar es un deber.

18/12/08

«No sé si me he perdonado a mí mismo»

por Amilibia, publicado en la contraportada de La Razón el 17 Diciembre de 2008


-Su libro No más bombas (Libros Libres) es el testimonio de un terrorista que ha pedido perdón. ¿Qué le llevó al arrepentimiento?

-Leer los informes de lo que les hice a las víctimas. Después de eso, es difícil mirarse en el espejo. También me ayudó la lectura de los Evangelios. Especialmente, el de San Mateo.

-¿Una frase que se le haya quedado para siempre?
-La que dice que no temamos a quien puede matar nuestro cuerpo, sino a quien pueda matar nuestra alma. Me di cuenta de que debía temer más a Dios que a los hombres.

-Ahora, parece un predicador...
-Hice dos años de Teología en el seminario de Dublín. No me ordené porque a la Iglesia no le pareció bien y a mí me tiraban las mujeres.

-La cárcel es el lugar donde se encontró a sí mismo...
-La cárcel me salvó la vida. Me dio tiempo para pensar y estudiar.

-Cinco años en el IRA y 30 pidiendo perdón. ¿Está compensado?
-No. Hay cosas que nunca se pueden compensar. Y nunca las olvidas.

-La Biblia le salvó a usted y el Corán anima a los terroristas islámicos...
-La visión cristiana de la guerra justa también anima a matar. Un obispo británico bendijo a las tropas inglesas que iban a matar a las Malvinas. Un obispo argentino bendijo a sus tropas, que iban a lo mismo.

-Dice: «La paradoja es que las víctimas te odian si pides perdón y te odian si no lo pides».
-Y lo entiendo. No quiero decir que haya falta de generosidad por las víctimas. Todavía están sufriendo. Entendería que me escupieran.

-¿Se ha perdonado a sí mismo?
-No sé. Espero poder hacerlo antes de morir, pero no confío mucho en mi misericordia.

-Ex terrorista. ¿Le quema todavía la palabra terrorista?
-Después de 30 cadenas perpetuas y de catorce años y medio de cárcel, es el menor de mis problemas. En el IRA nos llamábamos patriotas.

-¿Qué lleva a un hombre a hacerse terrorista?
-El patriotismo exacerbado, una identidad cultural llevada al límite. Y algo más: un terrorista necesita ideas, dinero, armas, pisos francos, información, gente que le esconda. Eso lo da un sector de la sociedad.

-Dicen que también la miseria lleva al terrorismo...
-Muchos irlandeses han crecido en la pobreza y no por eso han tomado las armas. La miseria no justifica el terrorismo.

-El terrorismo, dice, desacredita a la causa que lo emplea...
-Absolutamente. No entiendo que haya curas que no condenen a ETA.

-La pregunta del millón: ¿hay alguna forma de vencer al terrorismo?
-Es imposible desde fuera. Ellos tienen que encontrar el coraje de dejarlo, ayudados por profesores, sacerdotes, padres y quienes les rodean.

-¿Se debe negociar con los terroristas?
-Antes tienen que dejar las armas. Y madurar: no se puede negociar si ellos no son conscientes del sufrimiento que provocan.

-De Juana ha sido muy bien acogido en Belfast...
-Bueno, allí puede aprender del Sinn Fein. Es un «retiro» ideal para él.

-Todo es pasar de los chiquitos a las pintas.

EN 20 LÍNEASShane (Irlanda del Norte, 1955) cree que los políticos engañan cuando dicen que van acabar con el terrorismo: «Pueden acabar con un movimiento concreto, pero en seguida nacerá otro». No cree en que el terrorismo se deba combatir con terrorismo: «Es echar gasolina al fuego». Considera que no todos los terroristas pueden arrepentirse, «porque algunos son psicópatas». Reside en Dublín y trabaja en una organización de ayuda a personas sin hogar.

Shane O'Doherty, otro 'pistolero' arrepentido

Del Blog del periodista Alfonso Basallo, Uranio Enriquecido. 16.12.08

Nadie lo diría al verle, con su aspecto rubicundo y bondadoso, como de leñador de cuento de los hermanos Grimm, pero Shane 0’Doherty estrenó la adolescencia fabricando y lanzando bombas en su Irlanda del Norte natal. Le pescaron durante una tregua, cuando él tenía 20 años y se pasó tres lustros entre rejas.
Lo más interesante de su libro No más bombas (Editorial LibrosLibres) es su evolución personal. Con 15 años (y el coco lavado por el IRA), creía que se podía arreglar el mundo, mediante la lucha armada. Con 53 años llama a las cosas por su nombre y afirma que la violencia no sólo no soluciona injusticias sino que genera otras nuevas. Pidió perdón a las víctimas y ahora va por ahí con su cruzada personal, desenmascarando las trampas del terrorismo, cuyas tripas conoce tan bien.
Todo eso me lo contó en una entrevista estremecedora. Con ese nombre –Shane- de pistolero de cine que arrastra la carga de un terrible pasado.
O’Doherty tuvo la oportunidad de cambiar en la cárcel. Como llega a decir en el libro, “en las entrañas del sistema penitenciario”, aislado y desnudo en una celda de castigo, se sintió el ser más libre de la tierra. Libre para encontrarse consigo mismo, libre para reflexionar sobre el mal, libre de la vorágine hipnótica de la violencia, libre de esa otra cárcel mucho más ominosa que es una banda terrorista.
Impresiona verle contar cómo perdió el escaso idealismo que le quedaba cuando avisaba a las víctimas antes de lanzar bombas. Se aferraba a ese atisbo de inocencia como a un clavo ardiendo… pero los jefes del IRA le insistían en que se dejara de tonterías y O’Doherty dejó de avisar antes de atacar.
“Los ejércitos terroristas, ya sea ETA, IRA, antes las Brigadas Rojas… están llenos de adolescentes que no piensan, son las tropas de las que se nutren las bandas” me decía.
Hablamos de los etarras, esos rostros cerrados y cerriles, como Ternera, Txeroki o Iriondo. El irlandés cree que hasta ellos pueden cambiar. Hasta que uno no conoce a alguien como Shane 0’Doherty no cree que tal cosa sea posible. ¿Lo es?
También hablamos del infierno personal de cada terrorista. 0’Doherty dice que es un como ir montado a lomos de un huracán que te lleva y que no puedes gobernar. Primero con euforia quinceañera (“sentí la embriaguez de las bombas”), después con vértigo, con rutina. Y siempre sin pensar. “No piensas, actúas”.
Tampoco falta el miedo. Eso explica, dice 0’Doherty, que un etarra se orine en los pantalones cuando le pilla la poli, como le ocurrió a Iriondo la semana pasada. Pero, matiza, es gente entrenada y endurecida, acostumbrada a la muerte, la sangre y el fuego.
Ahora que ZP y sus correveidiles vascos –Eguiguren- vuelven a las andadas y se replantean la negociación con ETA, le pregunto por las comparaciones Ulster-País Vasco. Es importante oírselo a un ex terrorista del IRA, no a un tertuliano de 59 segundos o a un columnista de El País:
“No son en absoluto comparables, ni históricamente, ni políticamente, ni geográficamente (Irlanda del Norte no es Inglaterra, y el País Vasco sí es España). Tampoco son comparables IRA y ETA. El primer IRA fue un ejército que luchó a comienzos del siglo XX por la independencia de Irlanda, ocupada por una potencia extranjera. ETA es un grupo terrorista, de raíz marxista-leninista. Lo cual resulta, por cierto, una absurda reliquia, tras la Caída del Muro y el fin del bloque soviético”.
Conviene recordarlo. Porque en los próximos meses, nos meterán la odiosa comparación hasta en la sopa.

http://blogs.periodistadigital.com/btbf/trackback.php/208681

14/12/08

Presentación oficial de No Más Bombas


El pasado jueves día 11 de diciembre Shane Paul O'Doherty presentó oficialmente No Más Bombas en Madrid, en la Asociación Cultural Zayas.

El acto, presentado por Sara Martín de la editorial, Libros Libres y Amparo Latre, periodista de COPE - quien nos dijo algunas palabras introductorias sobre Shane - fue familiar y distendido. Después de que el autor nos contase brevemente su trayectoria de conversión, los asistentes tuvieron la ocasión de hacerle algunas preguntas. A continuación podéis leer algunas.

P.- ¿Qué fue lo más decisivo para tu conversión respecto al uso de la violencia?

R.- Lo que más me influyó fue leer los informes de cada una de mis víctimas y ver el daño que había causado. Ninguna causa puede valer eso.

Más adelante fue la lectura de un tirón de los cuatro Evangelios lo que me impresionó. En mi mente, al leer cada uno de ellos, vi como si fuera un DVD en cuatro partes de la vida de Jesucristo y me impacto el hecho de que Él, con una causa sagrada, divina e inocente, nunca usara la violencia nosotros, con una causa ni sagrada, ni divnia ni inocente, sí estábamos dispuestos a hacerlo.

P.- Has mencionado que siendo tan jóvenes no teníais todavía estudios. ¿Crees entonces que estos jóvenes que usan la violencia como medio de conseguir sus metas lo hacen por falta de juicio intelectual?

R.-No exactamente. Los adultos reclutan jóvenes porque quieren gente dispuesta a hacer cualquier cosa por un ideal, más fácil de manejar. Una cultura que hace que el exceso de patriotismo llegue a estos extremos es una cultura enferma. Es esa cultura - la que ahora les proporciona las armas, el patriotismo exacerbado, la pérdida del respeto a los demás - la que tiene que inculcar a los jóvenes el respeto por los derechos humanos de TODOS, no sólo de unos pocos. Las escuelas, las iglesias, las familias, los estados.... todos tienen el deber moral de educar a los jóvenes en el respeto total.

P.-¿Qué piensas de la nueva situación de Irlanda, ahora que ha conseguido la paz?

R.- Pienso que aunque esa paz de la que gozamos es un milagro, tenemos que seguir trabajando porque las nuevas generaciones vean que la violencia es un error y que la paz no se consigue simplemente por un tratado o un acuerdo, porque si eso falla, en cualquier momento, aquellos que no estaban de acuerdo con ese contrato, pueden volver a saltar. Es necesario seguir trabajando por que todos aprendan que se puede luchar por un ideal por medios democráticos. Es triste ver todo el daño que causamos al usar la violencia y ver que después de todo, las fronteras siguen ahí, en Irlanda del Norte todavía se usa la Libra Esterlina y todavía hay un gobierno dividido al 50%.

En la cárcel leí Por quién doblan las campanas, de Hemingway, y vi que la historia del protagonista era muy parecida a la mía y que escribiendo la mía podía ayudar mucho. Siempre me ha atraído mucho España: la política actual, al igual que en Irlanda, está marcada por una guerra civil; igualmente, el catolicismo intenta sobrevivir en una sociedad que cada vez tiene menos valores. Siempre me ha interesado mucho el tema de ETA y por todo ello decidí publicar mi libro en España. Espero de verdad, que llegue a muchos jóvenes que puedan estar cerca del erróneo camino de la violencia.




12/12/08

El único terrorista que pidió perdón a sus víctimas explica por qué


ALGUNAS NO ACEPTARON

Por Carmelo López-Arias, publicado en El Semanal Digital, el 25 de noviembre de 2008

Shane O´Doherty ha contado su historia desde que a los quince años entró en el IRA y se consagró a poner todo tipo de bombas. Sólo la reflexión en los años de cárcel le hizo cambiar.

Hace dos domingos La Razón publicó un extenso reportaje de Irene Villa, mutilada por ETA en 1991 y periodista en activo, sobre Shane O´Doherty, con motivo de la publicación en España del impactante testimonio de este ex miembro del IRA (Irish Republican Army, Ejército Republicano Irlandés): No más bombas (LibrosLibres).
En cuya vida hay una peculiaridad: se trata del único terrorista, de cualquiera de los grandes grupos conocidos, que ha perdido perdón una por una a sus víctimas ofreciéndoles reparación y llevándola a la práctica. Algo muy distinto de ese "arrepentimiento" de algunos etarras que es en realidad mera acomodación a las circunstancias o cambio de táctica: consideran que "ya no" es necesaria la "lucha armada", sin reprobar lo que en otro tiempo hicieron, considerándolo, entonces y ahora, justificado.

Del ideal de "la lucha" a la realidad de los atentados

La narración arranca de su propio compromiso infantil con la libertad de Irlanda en forma de una consagración personal absoluta, alimentada por los héroes y los mitos de una vieja lucha contra el dominio británico.

A principios de los 70, cuando las manifestaciones republicanas eran reprimidas a tiros por la policía del Ulster, el IRA retomó sus actividad bajo la forma de una intensa campaña terrorista. O´Doherty, con quince años, se buscó la vida para unirse al grupo y lo logró. Pronto se especializó en el manejo de explosivos y fue adquiriendo responsabilidad en la organización merced a su audacia, tanto en atentados de gran magnitud como en otros a pequeña escala. Describe con todo género de detalles cómo era la vida en Derry (la Londonderry de los británicos), uno de los epicentros de la lucha callejera, y cómo el inicial alivio que sintieron cuando el Ejército de Su Majestad sustituyó a las fuerzas norirlandesas se convirtió en desazón al ver que no había grandes diferencias.

En un momento a O´Doherty le enviaron a Londres para una campaña de cartas-bomba en la que el IRA buscaba sobre todo -y obtuvo- ecos mediáticos. Él solo tuvo en vilo a la policía y a los londinenses durante meses, y estuvo a punto de caer en varias ocasiones.

Paradójicamente fue detenido durante la tregua de 1975, cuando había podido regresar a casa y llevaba una vida normal, tras varios años dedicado a tiempo pleno al terrorismo.

Pasó en la cárcel quince años, condenado a varias cadenas perpetuas. Su tozudez en no cumplir las normas penitenciarias fue sin embargo providencial, porque le castigaron en un módulo de aislamiento que le sirvió para pensar sobre el daño que había causado. Para uno de los juicios tuvo acceso a un dossier detallado de todas las acusaciones, incluyendo las lesiones causadas a las víctimas (no llegó a matar a nadie en sus decenas de atentados, aunque cuenta tres ocasiones en que sencillas casualidades evitaron auténticas masacres). Y ahí se le cayó la venda de los ojos: "El uso de la violencia me había transformado. Lejos de ser un idealista con profundos principios morales, yo era un delincuente con un expediente aparentemente interminable de violaciones de los derechos humanos... No había ninguna justificación para todas aquellas heridas y veía la indiferencia egoísta y desalmada que había sentido por las víctimas en la época en la que celebraba mis éxitos terroristas".

En 1978 escribió una carta, expresando estos sentimientos, a un diario republicano que no quiso publicarla. Lo hizo la competencia, y el asunto saltó a los diarios de Londres como en tiempos lo habían hecho sus crímenes: "No me importaban los derechos humanos de aquellos a los que lesionaba", confesó en la misiva, "pero era extremadamente delicado en lo que a los míos se refería. Al dañar a seres humanos no corregía ninguna injusticia, sino que creaba una nueva". Y añade O´Doherty, ya en el texto de No más bombas: "No era el idealista brillante, buscador de justicia, que había creído. Era un serio violador de los derechos humanos que había caído ante la mística y el aura de la táctica de la violencia".

Fue entonces cuando decidió que no bastaba con conclusiones teóricas, y solicitó autorización al juez para escribirle a sus víctimas. Un mediador les pedía antes permiso, y luego él demandaba su perdón por el daño que les había causado, ofreciéndoles reparación. Algunas no lo aceptaron, otras sí.

Un libro para el debate

El testimonio de O´Doherty tiene muchas lecturas. Una es, desde luego, que no hay comparación posible entre el "caso irlandés" y el "caso vasco". Ya no por historia, que desde luego que no: los nacionalistas vascos, pacíficos o violentos, hacen objetivamente el papel de los unionistas norirlandeses, esto es, romper la unidad de las naciones históricas (España e Irlanda) en aras de las inexistentes (Euskadi o un Reino Unido con pocos títulos de legitimidad para su soberanía sobre Irlanda del Norte). Pero es que tampoco por la relación política entre ciudadanos y Estados; ni por la existencia de dos comunidades separadas -católica y protestante- frente a la homogeneidad interna, y con el resto de España, de la sociedad vasca; ni por la existencia de una contrapartida al IRA, no menos terrorista que éste, que son los grupos armados unionistas.

Y hablando de "protestantes" y "católicos", una segunda lectura es que dichas etiquetas son poco más que eso, etiquetas: expresan la raíz histórica del problema y poco más. El mismo O´Doherty, cuando entró en la cárcel, le pidió al capellán pruebas de la existencia de "su Dios católico". Luego dedicó su mucho tiempo libre, entre otras cosas, a leer los Evangelios. Eso influyó en su cambio, aunque no se desprende de la lectura que haya una conversión religiosa como causa directa de la transformación que experimentó. En cualquier caso, cuando sus compañeros del IRA escuchaban sus razones religiosas, le menospreciaban y retiraban el saludo.

En fin, una última lectura podría indicarnos hasta qué extrema miseria moral conduce el terrorismo a quienes lo practican, que casos como el de O´Doherty sean tan excepcionales. No estamos ante un terrorista que "abandona las armas". De esos ha habido muchos a quienes el enfriamiento de los ímpetus juveniles o una larga estancia en prisión han convencido de que ya no era adecuado ese camino... pero sin repudiarlo moralmente. O´Doherty da el verdadero paso: pedir perdón una a una a sus víctimas, decirles que lo que hizo no debió hacerlo fueran cuales fueran sus pretextos.

Y se hace una pregunta crucial: "¿Es sensato suponer que quienes han matado a inocentes para conseguir el poder político dejarán de hacerlo sin más cuando lo obtengan?". Buena pregunta que invita a no ceder jamás a ninguna exigencia de los terroristas.

4 preguntas a Shane O'Doherty


Shane O’Doherty: “Cuando lanzaba bombas, sentía el espejismo de la embriaguez”

Por Alfonso Basallo (Foto: Carmen G. Benavides) Publicado en lanacion.es el 12 de diciembre de 2008

Un adolescente de 15 años, voluntario del IRA, sentía “una fuerza embriagadora” al poner bombas en Derry (Irlanda del Norte). Casi 40 años después, aquel chaval, Shane O’Doherty, relata su testimonio en su libro No más bombas (editorial LibrosLibres). Cambió en la cárcel, mientras cumplía condena de 1975 a 1989, cuando logró liberarse de la alienación terrorista, comenzó a reflexionar sobre la violencia, el bien y el mal, y pidió perdón a las víctimas.

- ¿Qué le hizo cambiar?
-Básicamente la cárcel. Cuando estaba enterrado vivo en las entrañas del sistema penitenciario, me sentí la persona más libre de la tierra. Libre para pensar, libre del IRA, libre del lavado de cerebro y la alienación que te lleva a ser terrorista. En la cárcel comenzó la verdadera liberación, que es la interior.

-¿Cuál es la persona que más ha influido en su rehabilitación?
-El padre Ferry Ennis, el capellán de la prisión. Era inglés y por esta razón yo no quería tener nada con él. No le permití entrar en mi celda durante meses. Pero Ennis tuvo paciencia y supo esperar. Terminamos siendo íntimos amigos. Me enseñó a encontrarme a mí mismo, y a pensar por libre, no lo que me dictaban otros.

-¿Qué le diría a un adolescente vasco que siente, como sintió usted, “la fuerza embriagadora” de la lucha armada y quiere entrar en ETA?
-Eso es lo que yo sentía cuando lanzaba mis primeras latas de gasolina con la mecha encendida. Una fuerza embriagadora, un espejismo. Pero les diría que no vale la pena. Muchos pueden pensar, como yo a los 14 años, que con la lucha armada estás combatiendo contra las injusticias. Pero no es cierto, porque la violencia no acaba con ellas y genera otras nuevas. Deben pensar que son unos violadores de los Derechos Humanos, como los que se sientan en el banquillo del Tribunal de La Haya. El problema de muchos adolescentes es que no piensan, se dejan llevar por sueños románticos, y son carne de cañón. La mayor parte de las fuerzas terroristas tanto del IRA como ETA, o cualquier otro grupo, son gente muy joven.

- Díganos usted por qué son diferentes el caso de Irlanda y el del País Vasco… muchos en España siguen empeñados en compararlos.
- No son en absoluto comparables, ni históricamente, ni políticamente, ni geográficamente (Irlanda del Norte no es Inglaterra, y el País Vasco sí es España). Tampoco son comparables IRA y ETA. El primer IRA fue un ejército que luchó a comienzos del siglo XX por la independencia de Irlanda, ocupada por una potencia extranjera. ETA es un grupo terrorista, de raíz marxista-leninista. Lo cual resulta, por cierto, una absurda reliquia, tras la Caída del Muro y el fin del bloque soviético.

Pedí perdón a mis víctimas aunque eso no cambiara la realidad


Por Blanca Torquemada, artículo publicado en ABC, 11 de diciembre de 2008

LLega a Madrid persuadido de que sus vivencias como terrorista y su posterior renuncia a la violencia, relatadas con franqueza que desarma en No Más Bombas (Libros Libres), ayudan a la reflexión. También en España.

-
Shane O'Doherty escribió este libro hace quince años y ahora nos llega traducido al español. Con esa perspectiva y cuando ya hace una década que se firmaron los acuerdos de Viernes Santo, ¿ve consolidada la paz?
-¡Esa pregunta no la puede responder nadie! Después de treinta años de violencia y de guerras a lo largo de ocho siglos, se percibe como milagrosa la paz alcanzada, pero ahora mismo el arzobispo irlandés Sean Brady advierte de que hay jóvenes que quieren tomar las armas. ¡Eso es lo que tenemos que evitar! Hay que crear una verdadera «cultura» de los derechos humanos. La gente acepta esta paz, pero no trabaja para mantenerla y hacer comprender que la violencia desacredita cualquier causa. Siempre.

-Relata usted cómo sus circunstancias (dónde y cuándo nació) le determinaron. ¿Es diferente para los niños de hoy en Irlanda del Norte?
-El problema es que no tenemos ni literatura, ni canciones ni relato histórico de la paz, porque lo que único que se nos ha legado hasta ahora ha sido todo el imaginario de la opresión de Irlanda. Los chavales sólo escuchan que los ingleses se han portado como unos hijos de puta. Nos falta proporcionar a las nuevas generaciones herramientas intelectuales para que comprendan que varias décadas de violencia sólo han generado dolor y no han supuesto ningún avance para la causa irlandesa. Las fronteras siguen en el mismo sitio.

-Se incurre en la permanente tentación de comparar la lacra de ETA en España con lo vivido en su tierra. ¿Algo que ver?
-Lo cierto es que cuanto se refiere a ETA ocupa un lugar muy destacado en la prensa irlandesa. No es casual que De Juana Chaos haya acabado en Irlanda o que el cura Alec Reid se pasee a menudo por el País Vasco y por el resto de España. ¿Elementos comunes entre ETA y el IRA? Los mismos que el IRA pudo tener con la Baader Meinhof en Alemania o las Brigadas Rojas en Italia. Yo lo resumiría en que comparten la capacidad de fanatizar a los jóvenes hasta llevarles al punto de despojar de valor la vida humana so pretexto de una lucha.

-En lo demás, poco o ningún parecido...
-Al País Vasco nadie ha llegado desde fuera para invadirlo, como han hecho los británicos con Irlanda. Y en estos últimos treinta años quienes más han contribuido a reclutar terroristas para el IRA han sido Ian Paisley y Margaret Thatcher. No se puede comparar a treinta individuos que ingresan en ETA con lo que allí ha venido sucediendo con miles de chicos.
-No sólo se arrepintió de su actividad terrorista, sino que pidió perdón.
-Escribí cartas a mis víctimas. ¡No podía cambiar la realidad, pero me lo dictaba mi conciencia! Unos contestaron, otros no y algunos enviaron la carta a la prensa, que me puso como un trapo. Me vi atrapado en una terrible paradoja: si no pedía perdón, malo, si decía «lo siento», también.

-¿Cómo recibe su testimonio la sociedad irlandesa?
-¡Depende del momento! Después de salir de la cárcel, cuando viajaba a Irlanda del Norte la gente me abordaba indignada por la calle y me soltaba que qué estaba haciendo, que no había derecho, a pesar de que ya sabían que la cúpula del IRA estaba negociando con el Gobierno británico. Y ya últimamente me decían, «ah, pues está bien». Pero ahora hay otro problema: ¿Tiene la sociedad capacidad para acoger a quienes caímos en eso cuando éramos unos críos y hemos cambiado? ¿Me permite la sociedad cambiar? Mi deseo es que este libro lo lea la gente joven porque, además, lo cuento todo con la mayor naturalidad posible, y hasta con humor: ¡Yo estaba dispuesto a morir por Irlanda. pero a ser homosexual por Irlanda no!
-¿Y ahora?
-A estas alturas y en una sociedad que acepta mal a quien se declara religioso, me conformo con decir: ¡Soy católico!


11/12/08

Shane O'Doherty en el chat de El Mundo


Shane Paul O'Doherty está estos días en Madrid para promocionar No Más Bombas.

Entre entrevista y entrevista, ha estado contestando algunas preguntas en el chat de elmundo.es

1. Hola Shane. Antes que nada, felicitarte por tu coraje y tu decisión; eres, sin duda, un ejemplo para todos. En España se compara con mucha frecuencia el terrorismo vasco de ETA con el de Irlanda del Norte (IRA ). Creo que, en su origen hay una diferencia esencial: el apoyo que, desde su estado embrionario, ha tenido el terrorismo vasco por parte de la Iglesia Vasca. Entiendo que esto no ha sido así en el caso del IRA, ya que la Iglesia Católica Irlandesa, con la tremenda influencia que siempre ha tenido en la sociedad irlandesa, ha sido manifiestamente contraria ( puede que haya alguna excepción, por supuesto ) a la lucha armada del IRA. Cuál es tu opinión? Saludos, Ignacio.

La iglesia católica en Irlanda nunca ha apoyado la violencia. Es imposible que ningún sacerdote o ningún cristiano apoye asesinatos y crea que podemos apoyar los derechos humanos de todo el mundo tapándose los ojos ante los asesinatos. Cristiandad y asesinato son totalmente opuestos.

2. ¿Cómo cambió tu arrepentimiento la vida en la cárcel? Se ha publicado que la petición de perdón fue acompañada de riesgos?

Encontrarte a tí mismo en la cárcel requiere coraje. Un joven que empieza a luchar por la libertad nacional acaba en la cárcel y se da cuenta de que entonces tiene que luchar por su libertad personal de una organización paramilitar que intenta controlar su mente, sus pensamientos y sus acciones. Quien lucha porla libertad tiene que encontrar ahora el coraje de luchar por la libertad personal y no hay mucha gente que pueda hacerlo. Es fácil luchar con un arma pero difícil hacerlo en la cárcel rodeado de sus "camaradas". Acordáos de Yoyes!

3. Buenas Tardes, Felicitaciones por su libro, pero sobre todo por atreverse a ir por el camino de la paz, que en tiempos como estos es una tarea dificultosa. Mi pregunta es ¿es posible la paz cuando está la violencia del otro lado (terrorismo de estado) para asegurar la instauración de un régimen económico y social, como sucedió ne mi país (Perú)?, ¿cómo cerrar heridas y construir una sociedad de verdad?. Saludos y gracias por la respuesta.

Una vez que quien busca la libertad se vuelve terrorista y se convierte en violador de los derechos humanos, todo está perdido. El enemigo y el luchador se convierten en una misma persona dentro del horror. Nada bueno puede salir de de un asesinato. Siempre me impresiona el hecho de que con una causa sagrada, inocente y Divina, Cristo nunca usaba la violencia. El reto es amar al enemigo!

4. Hola Shane . Han pasado 3 años desde aquel 28 de Julio de 2005 cuando el IRA declaró el cese de la violencia. ¿Cómo viviste ese momento? y ¿Como valorarías los cambios que sean producido durante este tiempo? Un saludo . Gemma

Hola Gemma! La paz en Irlanda del Norte es un auténtico milagro pero está amenazada por alguna gente que no acepta el acuerdo de paz. Tenemos un problema: si decimos que la guerra ha terminado sólo por un acuerdo político, qué ocurre entonces si este acuerdo se rompe o si la gente pierde su confianza en el acuerdo o si los jóvenes no entienden el acuerdo...? De repente nos encontramos con que no hay ningún razonamiento contra la violencia. Tenemos que decir que la lucha armada ha terminado porque era errónea e iba contra los derechos humanos y porque traía sólo mal y ningún beneficio...

5. ¿ Qué aprendió durante la etapa de su cautiverio? ¿ Qué consejos daría para acabar con ETA?

Aprendí sobre los derechos de los presos, sobre los derechos humanos y al leer los Evangelios me di cuenta de que era un hipócrita y había violado los derechos humanos. Aprendí a tener coraje y a arrepentirme. A ETA le diría... comprometeos en respetar los derechos humanos de TODOS y sólo entonces podréis decir que vuestro servicio a los vascos es noble.

6. ¿Hasta que punto es correcto matar y luego pretender lavar su conciencia pidiendo perdón?. ¿Acaso el asesinado le puede perdonar?.
Siempre está mal matar pero el que ha matado tiene el deber ante Dios, ante la Comunidad y ante su conciencia, de hacer lo correcto, que es arrepentirse y de intentar hacer del mundo un lugar mejor. El arrepentiemiento es para todos, no sólo para los que no han matado. Lo dijo Jesucristo y le creo...

7. Hola Shane. Gracias por este encuentro. ¿Sabrías decir cuál fue la mayor dificultad a la que te enfrentaste cuando comenzabas a pensar en abandonar el terrorismo? Gracias. María
La mayor dificultad fue la amarga sociedad que no perdonaba a los "San Pablos"... Te juzgan si no te arrepientes y te juzgan si lo haces... pero el hijo pródigo tiene que volver a casa siempre.

8. ¿Ha tenido algún tipo de represalia por parte del IRA por haber dejado de militar en sus filas?

Tengo que decir honestamente que no. Me dejaron en paz. Algunos presos en particular se enfadaron pero en cuanto la cúpula decidió luchar por la paz, cambiaron inmediatamente de opinión y es más difícil explicar ese cambio repentino! Me pregunto cómo lo hicieron...

9. Hola Shane, en tu opinión como de importante para un terrorista, es tener cierto apoyo social de una parte de tu comunidad? Que le diría a aquellos en la sociedad vasca que no condenan sin ambigüedad el terrorismo de ETA? Hi Shane, in your opinion, how important is it for a terrorist to have some support from their community? What would you say to those Basque citizens that do not condemn without ambiguity ETA’s terrorism? Un abrazo desde Dublin, espero verte pronto en Málaga. Antonio de Linares

Hola amigo! Es imposible que los grupos paramilitares maten y mutilen a gente sin el apoyo de la sociedad. Hay algo terriblemente equivocado en una sociedad en la que las familias, los colegios y las iglesias, no dan prioridad a los derechos humanos ante todo lo demás. Debemos examinar nuestra conciencia ante Dios y ante los derechos humanos. Si no, la sociedad está enferma! See you in Málaga! Y consíguete un cable nuevo!

10. Hola Shane. Soy Alex. Aún no he leido tu libro aunque lo voy a hacer en breve, claro. ¿Qué me voy a encontrar en este libro y cúal podría ser el mensaje que, desde tu punto de vista, deberían captar aquellas personas que en España fomentan el terrorismo? Nos vemos mañana en la presentación!

Hola Alex! Verás cómo un joven que ha soñado con la liberación nacional acaba en la cárcel y se da cuenta (demasiado tarde) de que al final tenía que luchar por su liberación personal de los "ismos" y de la organización paramilitar que le quiere controlar. ¿Dónde estaba entonces la libertad? Léelo para mañana o no te lo firmo!

11. Hola Shane, Dices que la iglesia catolica en Irlanda del Norte nunca ha apoyado al IRA. Entonces porqué en el Ulster los catolicos eran simpatizantes del IRA, incluso formaban parte de ella y los que estaban en contra eran los protestantes de origen ingles. Y mi segunda pregunta es la siguiente : Crées que algun dia Irlanda sera unica ( Eire y Ulster todos juntos) y que los ingleses se iran de vuelta para su casa? Saludos Viviane
Porque toda esta gente, antepuso la política, su país y su nacionalismo ante Dios y su prójimo. Todos necesitamos arrepentirnos. A los ingleses se les rompe el corazón ante la idea de dejar las Malvinas, Gibraltar e Irlanda, pero damos la bienvenida a su arrepentimiento futuro!!!

12. Es verdad eso tan literario de que le visitan a uno "los fantasmas" de sus victimas en sus sueños? Manu

Es verdad que todo humano tiene una conciencia y que durante toda noche en prisión, cada hombre se enfrenta solo a su conciencia y tiene que confrontar a sus fantasmas. La única liberación es el arrepentimiento.

13. ¿Crees viable la negociación política con los terroristas como ha ocurrido en España? ¿Es el mejor camino para la paz? Un saludo, Fernando.
Los grupos paramilitares tienen que mostrar que están listos para la paz y que han madurado lo suficiente como para reconocer el mal de las atrocidades contra los derechos humanos. Tienen que comprometerse con un proceso de paz que garantice los derechos humanos de TODOS. No puede haber blancos legítimos.

14. Le parece adecuado el acercamiento de presos de ETA que renieguen de la violencia?
Es un deber cristiano visitar a todos esos que reniegan de la violencia en prisión. En particular a aquellos que han sido más extremos para llevarles el mensaje de la normalidad, la paz y de los beneficios de respetar los derechos humanos - especialmente los derechos de los presos -

15. Buenas tardes. ¿Quién inculca en la mente ideas para hacer de un joven adolescente un terrorista? Gracias
La sociedad, los adultos y una historia diseñada para sacarles del respeto de los derechos humanos de todos y de la mismísima vida humana. Siempre hay alguien que quiere llevar a un joven apasionado y convertirle en un asesino por una causa nihilista.

16. Hola Shane... no voy a entrar en preguntas "morbosas" como ¿a cuántas personas mataste? o ¿como las matabas? Me parece muy valiente por tu parte lo que has hecho, pero el dolor de las familias de los fallecidos ahí queda para siempre..... Querría saber a qué te dedicas ahora, ya que el arrepentimiento no solo consiste en pedir perdón públicamente y a los familiares de tus víctimas, sino saber si haces el bien a otras personas.... Gracias! Sara

Irlanda tiene muchas víctimas en tres lados. Todos dicen tener víctimas en su comunidad. Es importante que alguien hable desde la experiencia y diga que si todos nos comprometiéramos a respetar los derechos humanos de TODOS, evitaríamos estas luchas armadas que matan a tanta gente y envían a tantos jóvenes a las cárceles. Mi voz trabaja por todo el mundo.

17. ¿Que se siente el despertarte todos los días sintiendote libre de la enorme carga de haber pertenecido al IRA? ¿Como está la situación en la actualidad en Irlanda del Norte? Muchas gracias, Miguel (York)

Todos los días cuando me afeito me acuerdo de todos aquellos que han muerto y la visión de mi cara, viva, hace que me pregunte por qué justo yo estoy todavía vivo y me pregunto ¿qué puedo hacer hoy para hacer el mundo un poquito mejor? La situación en el Norte de Irlanda es un milagro pero necesita que se siga trabajando en el aspecto de los derechos humanos.

18. No deja de ser curioso que su actividad como terrorista le esté brindando la oportunidad ahora de ganar dinero. ¿No le da reparos llenarse los bolsillos con los relatos de sus recuerdos como terrorista? - Gracias
Es muy difícil sacar ningún dinero trabajando por la paz y escribiendo por la paz, dando charlas por la paz... El trabajador tiene que por lo menos sufragarse a sí mismo y si supieras cuánto se gana, te avergonzarías de tu pregunta. Créeme, no he escrito Harry Potter!!!

9/12/08

Cinco años en el IRA, 30 años pidiendo perdón

Artículo publicado en El Mundo el 8 de diciembre de 2008

EDUARDO SUÁREZ
Enviado Especial

DERRY (IRLANDA DEL NORTE).- Es sábado, empieza a amanecer y en el cementerio de Derry hay más muertos que vivos. Sombrío y desasosegado, Shane O'Doherty se asoma como a un abismo a las tumbas de sus colegas. Adolescentes todavía. Para siempre jóvenes. Muertos "en acto de servicio" según rezan sus lápidas. Se podría decir que Shane es un capitán pasando revista a sus tropas si no fuera porque ellos están muertos y él demasiado vivo con sus remordimientos.

Quienes se apiñan en esta hilera maldita son terroristas del IRA. La mayoría murieron manipulando sus bombas. Otros en tiroteos con el Ejército británico o con la policía. Ninguno llegó a cumplir los 18 años. Shane llora sin llorar cuando relee sus lápidas, consciente de que podría ser uno de ellos. Preguntándose por qué no lo es y por qué está todavía en el mundo de los vivos.

"Fue la cárcel la que me salvó la vida", masculla entre dientes, "si no me hubieran detenido, estaría muerto. Tuve tantos amigos que saltaron por los aires... El día que me arrestaron, pensé: 'Estoy fuera del juego y he sobrevivido. La cárcel es el lugar donde puedo encontrarme a mí mismo'. Y me encontré". Porque Shane O'Doherty no es un terrorista al uso sino un hombre arrepentido. El primero en el IRA que pidió perdón por sus crímenes en los años 80. No fue un cambio súbito sino un lento proceso de conversión que él mismo relata en No más bombas, un libro de memorias que ahora se publica en España. Detenido durante el alto el fuego de 1975 y condenado a 30 cadenas perpetuas, Shane tenía 20 años cuando entró en prisión pero era ya un veterano de la violencia. Su primera bomba la puso con 15 años, en un piso franco de la policía en cuyo umbral se aprecian aún hoy los rasguños de la explosión.

Fue el inicio de una carrera siniestra que duró apenas un lustro en el que Shane disparó obuses contra soldados, fabricó bombas con condones y aprendió a vivir en la clandestinidad, con un pie en cada lado de la frontera y parapetado detrás de una identidad falsa.Era el tiempo de la lucha por los derechos civiles en el Ulster y el idealismo de Shane podría haberse encauzado en aquel movimiento pacífico que luchaba por que los católicos tuvieran acceso a la vivienda de protección oficial y no fueran ciudadanos de segunda clase. Pero entonces llegó el Domingo Sangriento. El día en el que los soldados británicos dispararon indiscriminadamente contra los manifestantes.

A su amigo Eamonn le detuvieron y lo apalearon los policías. A Shane no lo cogieron pero lo alcanzó el rencor. "Si me podían matar a tiros por participar en una marcha pacífica", recuerda, "más me valía morir luchando. Los soldados británicos eran terroristas que asesinaban a mi gente y sentí la violencia como un imperativo moral".

Así fue como Shane inició una carrera terrorista cuyo cenit fue Londres, desde donde dirigió en solitario una campaña de bombas que puso en jaque al Estado británico. Llegó con 500 libras en efectivo, dos docenas de detonadores y dos libras de gelignita y gelatina negra.

Hacía una vida de monje. Salía tan sólo al cine una vez por semana y cada día a cenar a un restaurante indio. Durante meses, Shane envió decenas de cartas bomba. La mayoría a políticos y militares. Otras a instituciones como la Bolsa o el Banco de Inglaterra. Hubo una que burló incluso los controles de Downing Street y estuvo durante 24 horas olvidada en una papelera junto al despacho del primer ministro.

De vuelta a Derry, fue detenido y sólo entonces fue comprendiendo lo que había hecho. Primero cuando leyó un relato detallado de los efectos de sus bombas. La secretaria a la que le sacó un ojo la onda expansiva. El guarda al que una carta le voló un ojo y una mano. Detalles que le empujaron a hacer algo inédito: pedir perdón en el juicio por "las víctimas inocentes" de sus cartas.

Lo que no quería decir que se arrepintiera: Shane no renegaba de sus bombas siempre que las víctimas fueran oficiales, políticos o policías. Un pensamiento que no sobrevivió a su lectura de la Biblia ni a sus conversaciones con el capellán de la cárcel o con el obispo de Derry.
Un día Shane sintió la necesidad de enviar cartas pidiendo perdón a sus víctimas. No porque se creyera merecedor de él. Más bien por hacerles saber que se sentía culpable y que se arrepentía de lo que había hecho. "La mitad respondieron dando gracias a Dios por mi conversión", recuerda, "de la otra mitad nunca tuve noticias hasta que un día me enteré de que uno había vendido mi carta a un tabloide británico. 'Enfado ante el terrorista del IRA que pide perdón', decía el título. Recuerdo las caras de ira de mis colegas del IRA aquel día en el desayuno. Aquel día comprendí lo difícil de mi situación. La paradoja de que te odian si pides perdón y te odian si no lo pides".

Desde su conversión, a Shane le quedaba aún una década de suplicio en las prisiones británicas. Un tiempo salpicado de torturas al que sobrevivió leyendo el Evangelio, ayudando a otros presos y rezando. Incapaz de deshacerse de sus remordimientos pero sabedor de que había reconquistado su alma y de que su cuerpo no descansaba para siempre en el cementerio de Derry.

El ex terrorista del IRA Shane O’Doherty, en el cementerio de la localidad de Derry, en Irlanda del Norte. / Foto: MIGUEL ÁNGEL FONTA


Hay dos lápidas sobre las que la mirada de Shane se detiene durante más tiempo. Debajo yacen Eamonn Lafferty y Ethel Lynch.A Eamonn lo mató un soldado una noche en el gueto católico de Creggan. Al otro lado de la tapia del cementerio. A Shane le tocaba salir con él a patrullar pero tenía sueño y se quedó echando una cabezada.

Ethel voló por los aires en una de las casas que el IRA usaba como talleres de explosivos. La había adiestrado Shane y siempre se culpó por ello. Sobre todo cuando recién detenido la policía le mostró unas fotos en blanco y negro de su cadáver desnudo, ensangrentado y lleno de puntos. "¡Mira su sangre! ¡Mira sus heridas!", le gritó su interrogador, "¡tú la mataste! ¡Eres un cobarde!".
A Shane el recuerdo de Ethel y Eamonn nunca le ha abandonado del todo. Ni dentro ni fuera de la cárcel. Cuando salió, sus amigos de Derry dejaron de saludarle. Para ellos era un traidor. Pidiendo perdón, les había vendido. "Yo sabía entonces que Gerry Adams y Martin McGuinness estaban negociando por debajo de la mesa", recuerda, "pero no podía decirlo. Luego los líderes de repente hablaron de paz y todos fueron como borregos detrás de ellos. Entonces mis amigos de Derry siguieron sin mirarme a la cara. Esta vez porque yo había predicho como terminaría todo".

Desde que salió de la cárcel, Shane ha llevado una vida de trotamundos. Primero se licenció en Filología Inglesa. Luego trabajó en Suecia como informático y en EEUU como periodista. Estudió para cura pero no llegó a ordenarse. Ahora ayuda a Cáritas en Dublín con las personas sin hogar.

P. ¿Tiene sentido aplicar en España un proceso de paz similar como el irlandés?
R. No. Ése es el modelo para Irlanda del Norte. Y ni siquiera aquí hemos terminado. Con una banda como ETA el Estado debe saber ser generoso pero en el momento adecuado. Esperar a que estén maduros. Si no, no tiene sentido.

P. ¿Cree que el Gobierno español debe hablar con ETA?
R. No si no están preparados. Primero tienen que ser conscientes del sufrimiento que provocan. En sus víctimas y en sus propias familias.

P. Usted se ha arrepentido de sus años en el IRA. ¿Qué le diría a los terroristas de ETA?
R. Les preguntaría si merece la pena segar una vida humana. Cuando uno está dentro, tiende a pensar que su guerra es muy importante. Luego, 30 años después, nadie se acuerda de ella. Hoy aquí en Derry los jóvenes pasan. Sólo les interesan la música y los partidos de la Premier.

P. Y, de haberlo sabido, ¿habría empezado a poner bombas?
R. Creo que no. Pienso en ello todos los días mientras me afeito. En los amigos que están muertos. En las personas que han sufrido. Pienso que todavía tengo este regalo de la vida y me preguntó cómo puedo hacer del mundo un lugar mejor. Y siempre llego a una conclusión: lo mejor que puedo hacer es decirles a otros que no vayan por este camino. Se lo digo ahora a ETA.

Por qué esperar 30 años para entablar una negociación que podríais haber iniciado en el año uno. Para qué llenar las cárceles y enterrar personas durante 30 años. ETA ofende a Dios, a la naturaleza y a los derechos humanos.

Eduardo Suárez, Enviado Especial

4/12/08

Presentación oficial de No Más Bombas en España el 11 de diciembre en Madrid

Autobiografía de Shane O´Doherty, que fue miembro del IRA. A los 10 años decidió luchar por su país, a los 15 entró en el IRA, a los 20 fue arrestado y cumplió una condena de 14 años, en los que intentando justificar esa violencia, se dio cuenta de que lo único que hacía era violar los derechos humanos. Hoy lucha por la paz. La violencia acabará cuando los que la practiquen admitan que está mal. ¿qué pasa por la cabeza de un terrorista cuando pone una bomba, o cuando sabe que tarde o temprano acabará muerto o en la cárcel?

Se contará con la presencia del autor
Día: jueves, 11 de diciembre
Hora: 20,30 h.
c/ Príncipe de Vergara, 40, Madrid
Metros:Velázquez y Núñez de Balboa
http://www.zayas.net/

30/11/08

Entrevista a Shane


Shane O'Doherty contestó a algunas preguntas a la periodista Amparo Latre en su reciente visita a Madrid durante los días previos a la publicación de No Más Bombas


¿Cuál crees que es nuestro mayor reto ante la lucha contra el terrorismo?
Cuando hay un conflicto armado, conseguir la paz es lo primero que deseamos y es sin duda un milagro, pero una vez lograda la paz, todavía queda mucho por hacer. No basta simplemente con acabar con la violencia. Muchos de los que todavía están involucrados podrían opinar que la situación ha cambiado al haber llegado a un acuerdo o por una negociación, pero no estarán convencidos.
Lo que tenemos que explicar, sobre todo a los jóvenes y a las nuevas generaciones, es que la guerra, la violencia, el terrorismo, la violación de los derechos humanos son una terrible equivocación. Tenemos que darles razones para acabar con la violencia, no sólo llegar a acuerdos, y no se está haciendo.

Aunque hayamos conseguido la paz, como ha ocurrido en Irlanda, ya hay nuevos grupos, que no estando de acuerdo con el proceso de paz ni con la política, están consiguiendo que gente joven se vuelva a implicar.
Viendo además las dificultades en llegar a un acuerdo, estos jóvenes dirán, “volvamos a la lucha”, porque nadie les habrá dado razones para dejar la violencia, razones para perseguir la paz. Necesitamos un proceso de conversión y de esclarecimiento, de tomar responsabilidades ante los derechos humanos. No sólo negociaciones.

¿Qué efecto esperas que tenga la publicación de tu libro en España?
Espero que todos los que lean mi libro - especialmente los jóvenes – aprendan de él y no cometan los mismos errores que yo cometí; que aprendan de mi experiencia; que vean que todas esas promesas de cambiar el mundo mediante la violencia son siempre falsas porque al matar o herir a otros seres humanos, lo único que se logra es cometer más injusticias en lugar de ponerles fin. Te conviertes en transgresor de los derechos humanos. Espero que mi libro sirva de advertencia a aquellos que siguen el camino de la violencia o se encuentran cerca de él: es un callejón sin salida.

¿Qué fue lo que más te influyó en tu camino hacia la conversión?
Los cuatro Evangelios… Una vez, todavía en la cárcel de Brixton, en Londres, le pedí en tono desafiante a uno de los capellanes que me diera pruebas de que Dios existía. Me lanzó los Evangelios y me los leí en una noche, de un tirón. El hecho de leer los cuatro de una vez, con esas cuatro descripciones tan profundas, me dio una visión íntegra de Jesucristo. Lo que me chocó fue que la figura divina de Jesucristo, con una causa divina, sagrada e inocente, nunca usaba la violencia, hablaba de amor al prójimo, y yo, con una causa política, ni divina, ni sagrada, ni inocente, estaba dispuesto a usar la violencia. Los Evangelios comenzaron a desafiarme y mi propia conciencia me empezaba a condenar. Tenía que reconciliarme con mis víctimas, con Dios y conmigo mismo.

¿Qué dirías a aquellos que se resisten a perdonar?
No tengo nada que decir a los que se niegan a perdonar. El perdón tiene que venir del corazón y del alma, de lo más profundo de cada uno. Si alguien no sabe perdonar desde lo más profundo de su corazón, entonces Dios es el único que le puede ayudar.

¿Y a los que no se arrepienten de lo que han hecho?
Vivir implica arrepentirse de cosas. Significa haber vivido y haber intentado luchar, haber cometido errores por inmadurez o por pasión, conocer el arrepentimiento… Todos nos arrepentimos de nuestras debilidades y de nuestros fallos. Negar el arrepentimiento es negar la vida.

En España se compara a menudo a ETA con el IRA. ¿Crees que son comparables?
Aparte del hecho de que tanto la ETA como el IRA se aferraron a la lucha armada antes de ni siquiera haber intentado un activismo político y democrático; de que han matado y mutilado y han cometido innumerables violaciones de los derechos humanos, no hay comparación entre 800 años de ocupación y usurpación británica en la historia de Irlanda y la historia del País Vasco. El Antiguo IRA - como se denominó entre 1918 y 1922 – luchó para establecer la libertad y la democracia en Irlanda y ganó la libertad de 26 de los 32 condados irlandeses. Después, el Antiguo IRA se convirtió en el ejército irlandés, comprometido con el pueblo y el gobierno democrático de Irlanda. Desde 1922 ha habido nuevos grupos que han explotado el nombre del IRA y que nunca han gozado del apoyo de la nación ni del gobierno de Irlanda. La lucha armada se declaró extinguida definitivamente a finales de los 90.

27/11/08

Shane O'Doherty habla sobre el 11-S


Un ex miembro del IRA declara que el 11-S supuso un cambio decisivo para el apoyo al terrorismo
Por Seamus McKinney

Los ataques del 11 de septiembre convencieron a mucha gente que antes apoyaba la lucha armada del IRA de que matar para conseguir una meta política es fundamentalmente una equivocación, ha afirmado un ex paramilitar.

Shane Paul O’Doherty, pasó 14 años en la cárcel después de ser condenado por la campaña de cartas bomba que llevó a cabo en Gran Bretaña en los años setenta.
Ahora es escritor y editor en Dublín y ha renunciado públicamente a su pertenencia al IRA.
Los comentarios del irlandés están incluidos en el nuevo epílogo a la segunda edición de su autobiografía The Volunteer: A Former IRA Man’s True Story, que acaba de salir a la venta en EEUU (Y a la traducción española, No Más Bombas, que acaba de salir a la venta en nuestro país).
Al reflexionar sobre la época que pasó en la cárcel, siendo todavía del IRA, escribe: “Ya fuera en los términos más elementales como el respeto por los derechos básicos que tiene cada persona, o acudiendo a la luz de las enseñanzas del Evangelio, no podía encontrar ninguna justificación ni a la violencia política, ni a la coacción, ni mucho menos a matar deliberadamente a mi prójimo. Me dolía reconocer que había violado los derechos humanos”

"Pude ver claramente que si quienes «luchábamos por la libertad» no llegábamos a respetar ni los derechos humanos, ni la misma vida de nuestros semejantes, mientras nos dirigíamos a la liberación, ¿cómo se podría esperar que fuéramos a respetar las vidas y los derechos humanos cuando alcanzáramos nuestra meta? ”

O’Doherty, que pasó dos años estudiando y planteándose su vocación al sacerdocio después de salir de la cárcel, dijo que el Sinn Fein y el IRA reflejaban su transformación personal. Comentó que los atentados del 11S describían la lucha armada como lo que era – “un proceso en el que de forma sistemática se destruyen vidas humanas inocentes apelando a una causa política”
“El macabro cálculo del coste de vidas humanas que necesita el progreso de una idea política es algo intrínsecamente perverso y quien lo haya hecho sólo tiene una opción razonable: arrepentirse por completo de ello”
“El 11 de septiembre conmovió a muchos irlandeses residentes en EEUU y en Irlanda que todavía veían con buenos ojos la lucha armada...”, escribe.

El libro ha sido publicado en Estados Unidos por Strategic Book Publishing y en España por Libros Libres.



The Irish Times, 25 de octubre de 2008

24/11/08

La sociedad no te premia por pedir perdón


«La sociedad no te premia por pedir perdón»El primer terrorista del IRA públicamente arrepentido cuenta su vida en No más bombas (LibrosLibres). A su paso por Madrid, ha hablado con la periodista Amparo Latre



La conversión siempre es un camino abierto. Shane Paul O'Doherty lo sigue recorriendo cada día. Por eso me gusta su historia que, contra la costumbre, nos enseña que quien perdona no claudica, sino que nos muestra una de las facetas más nobles del ser humano.

Le conocí hace trece años en Dublín, poco después de que viera la luz The Volunteer, un libro en el que relata cómo con sólo quince años cometió el gran error de su vida al entrar en el IRA y cómo, años después, fue tan valiente como para rectificar. La traducción de su testimonio, que acaba de publicar LibrosLibres, me ha ofrecido la posibilidad de reencontrarme con un viejo amigo y de enorgullecerme al escuchar los detalles de su proceso.

«Hacen falta dos conversiones -dice Shane-: la de la persona que ha pecado y la de la sociedad, a la que con frecuencia le cuesta creer que realmente ha habido un cambio. En mi caso, han pasado cerca de treinta años desde que renuncié a la violencia y aún hoy hay quien duda de la sinceridad de mi arrepentimiento».Shane relata, con mucho sentido del humor, que su conversión no se produce en «un sitio como éste», refiriéndose a la cafetería donde tomamos un té con pastas, «sino en un contexto muy peligroso y arriesgado». Pedir perdón, en el momento en el que él lo hizo, puso en peligro su vida y la de los suyos. Y desde entonces, su proceso ha estado acompañado de numerosas presiones y de mucha soledad.

No más bombas está ya en las librerías, y descolocará a todo aquel que se adentre en sus páginas. ¿Qué lleva a un adolescente de una familia normal, con una buena educación y rodeado de cariño, a alistarse en el IRA? ¿Qué siente un joven activista del IRA? ¿Qué tipo de relación tiene con sus compañeros y con su familia? ¿Qué supone el paso por la cárcel? Todos estos interrogantes encuentran respuesta en el libro, pero la gran pregunta de esta amena biografía es si la conversión es posible, si una persona que, durante años, ha vivido por y para la violencia puede aceptar su error, pedir perdón y experimentar un cambio. Y... de ser así, ¿qué origina esta redención? Shane es el vivo ejemplo de que hay Quien pueda ablandar un corazón de piedra.

Shane Paul O'Doherty es el séptimo de ocho hermanos. Nació en 1955 en la localidad irlandesa de Derry, en el seno de una familia católica. Con tan sólo quince años, se incorpora a la rama juvenil del IRA. Se especializa en explosivos. A los dieciocho, ya envía cartas bomba y a los veinte es arrestado por la policía del Úlster y condenado a treinta cadenas perpetuas y a veinte años de cárcel.

En este punto me detengo, porque me parece clave. Si bien es cierto que una conversión de tal calibre no sucede de un día para otro, también lo es que hay situaciones que pueden favorecerla.En el año 1976, Shane cumplía condena en la cárcel londinense de Brixton. Después de años de imparable activismo, se encuentra en silencio, totalmente aislado y con todo el tiempo del mundo para pensar. En este momento aparecen en su vida los capellanes de la prisión. La celebración de la Eucaristía en una mesita con uno de ellos y el estimulante juego discursivo que mantenía con el otro le llevan a una lectura apasionada de la Biblia: «Me conmovió especialmente la lectura de los evangelios. La personalidad de Jesucristo emanaba de los cuatro relatos, por sus opiniones y actividades, su oposición a la hipocresía, su dedicación a los pobres y por sus alusiones al amor al enemigo. Había en Él un mensaje, puro y libre de transigencias y errores, que me atrajo de inmediato. Empezaba a sentir la contrariedad de que, debido a la lucha armada y a sus muchas víctimas, mi idealismo republicano comenzaba a resquebrajarse».

Es en este momento cuando dos de las palabras prohibidas en el contexto terrorista aparecen en su quehacer cotidiano dentro de prisión: culpa y perdón. Shane es el primer terrorista arrepentido en la historia del IRA, que lo hace público, en los medios de comunicación y en numerosas cartas que dirigió a sus víctimas. Como cuenta en el relato, llegó al convencimiento de que «la única lucha política con la que merece la pena comprometerse es aquella que ofrece un respeto incondicional por los derechos y la vida de toda persona humana».

Su actitud le ha generado incomprensión por parte de muchas personas, porque, como él repite una y otra vez, «la sociedad no te premia por pedir perdón». Me quedo con la idea.«La esperanza que tengo, después de contar mi historia -concluye- es que alguien, después de leerla, no haga la elección que hice yo con sólo quince años y evite sus horribles consecuencias».

Shane comprendió que su conversión pasaba por la reconciliación con la comunidad, con Dios y consigo mismo. Hoy es un hombre nuevo que, inevitablemente, arrastra, y en cierta medida siempre arrastrará, la sombra del gravísimo pecado que cometió, pero que, por encima de ello, nos ilumina con su testimonio de vida. Premio.
Amparo Latre

23/11/08

Irene Villa entrevista a Shane O'Doherty

El terrorista que pidió perdón (La Razón - Irene Villa, 9-XI-2008)

Shane O'Doherty fue el primer militante del IRA que se arrepintió en público de sus actos. Con motivo de la publicación de sus memorias, Irene Villa se reunió con él. Esta es la crónica de un emotivo encuentro.

Siempre me había preguntado qué piensa un terrorista cuando coloca una bomba con la certeza de que acabará con vidas humanas o dejará mutilados cuerpos de personas a las que ni siquiera conoce, ni tendrá quizá la oportunidad de decirles que no tenía nada contra ellas. Ayer tuve la ocasión de conocer a Shane O'Doherty, un exterrorista del IRA arrepentido, el primero que pidió perdón a sus víctimas. Es una lástima que esto no sea lo habitual, porque esta actitud ahorra pasos necesarios en el a veces demasiado duro camino del perdón. Personas tan cercanas a mí como mi padre o mi hermana reconocen: «Nosotros ni perdonamos ni olvidamos». Pero optar por el perdón es mucho más beneficioso. Y no precisamente por quitar un peso de encima a quien causó el daño, sino por uno mismo.

Me cuenta Shane, magnífico y claro orador, los problemas que tuvo por decir «perdón», palabra prohibida en cualquier organización terrorista junto a «culpable». Y asegura que otros terroristas quieren dar el paso, pero no se atreven. «¿En serio?», me digo. Una parte de mí se queda satisfecha: puede que Shane no sea un caso aislado, que otros también hayan «despertado». Sin embargo, me preocupa que les falte valor para afrontar que, por muy noble que sea una causa, si los medios no lo son, cualquier atisbo de altruismo se desvanece. Esto es lo que Shane le diría a los terroristas de ETA. También les pediría que se den cuenta de que sus jefes les impiden ver la realidad en su conjunto, como si formasen parte de una secta. Y, lo que es más grave aún, les convierten en asesinos.

Me consuela que Shane asegure que quienes ponen una bomba no piensan en las víctimas ni en el dolor que esparcirá por tiempo indefinido. Sólo les preocupa «ser un patriota y un héroe». Además, reconoce que el detonante que convierte a un ciudadano en terrorista es el patriotismo llevado al extremo. Pero que si hubiera sabido que al cabo de los años nadie reconocería sus «actos por la libertad», jamás habría ingresado en una banda terrorista. ETA: aplícate el cuento.

Libertad en prisión
Shane O'Doherty reconoce que la causa de libertad y el patriotismo suponía una responsabilidad que no entiende ni de dolor ajeno ni de víctimas. Pero fue en prisión donde, según me dice, uno empieza a pensar por sí mismo. Ya no tenía que preocuparse por salvar su vida y tomó conciencia del gran error en el que vivía. «¿La cárcel sirve de algo?», me pregunto. Y le explico que las víctimas queremos justicia, pero que no estoy segura de que se cumpla esa añorada reinserción.

Desde luego, en su caso la cárcel sí que sirvió para algo. Me alegra saber que, al igual que yo me he puesto en la piel de un terrorista en alguna ocasión, ellos puedan llegar a empatizar con la otra parte, la que vive marcada de por vida por la violencia, la que jamás entenderá qué tendrá que ver su dolor, su hijo asesinado o su madre mutilada con la libertad.

Sorprende lo que pensó Shane la primera vez que disparó a un soldado británico: «Me alegré de que no estuviera herido de gravedad, porque le había mirado a los ojos y había visto a un ser humano detrás del visor, el rifle y el uniforme», escribe en «No más bombas» (Libros Libres), un tomo de memorias que se pone a la venta este martes en el que relata su paso por el IRA y cómo se dio cuenta de las atrocidades que había cometido.


¿Se plantearán esto alguna vez los pistoleros de ETA? No creo, porque me viene a la mente el doble asesinato de Alberto Jiménez Becerril y su esposa Ascensión, acribillada a tiros mientras lloraba en el suelo, con el cuerpo inerte y ensangrentado de su esposo entre sus brazos. Si en ese momento no vieron un ser humano, dudo que lo vean detrás de un uniforme.

ETA mata sin un enemigo definido en contra. Mientras, Shane escribe: «Veía a las fuerzas británicas como terroristas en mi país, asesinando a mi gente, y sentía la violencia contra ellos como un imperativo moral». Por supuesto que no hay nada que justifique una muerte, pero deben tenerse en cuenta los distintos escenarios antes de atreverse a encontrar similitudes entre ETA y el IRA.

Migrañas terribles
Aunque he perdonado, tengo que admitir que conocer algunas experiencias de Shane con los explosivos me han dado cierta tranquilidad en lo que a mi sentido de justicia se refiere. Hablo de las «migrañas terribles, con un zumbido increíble, producidas por los fuertes vapores, como de mazapán, de la gelignita (...) Esos dolores de cabeza producidos por la nitroglicerina me duraban horas». Creo que es justo que quien trabaje para hacer daño tenga que pagar un precio. Otros han muerto a causa de sus propias bombas. Shane tuvo más suerte: «sólo» se lesionó un ojo manipulando una carta bomba.

La dignidad de la democracia
Dar tanto a un grupo terrorista hace pensar que sus vidas ya no tienen sentido fuera de su banda. Es como si hubieran vendido su alma, como si no hubiese vuelta atrás. Por eso la derrota del terrorismo, único objetivo digno de una democracia, es tan ardua. Comprendo perfectamente a esos miembros de una organización terrorista que se niegan a admitir que han perdido. Que tanta dedicación a su «causa» ha sido en vano. Que no valía la pena invertir tanto esfuerzo, esparcir tanto dolor y malgastar tanto tiempo. Pero como dice Shane: «La única lucha política con la que merece la pena comprometerse es aquella que ofrece un respeto incondicional por los derechos y la vida de toda persona». Ojalá todos acaben aprendiendo esta lección.

Siempre me ha parecido incongruente luchar por la libertad arrebatándosela a otras personas. Más aún, cuando esas personas no tienen nada que ver con «su lucha». Lo difícil es, como Shane señala, cambiar la vía de los asesinatos por cualquier otra , porque significa olvidar todo aquello por lo que sus compañeros han luchado y han muerto. Por este motivo, precisamente, se ve tan lejano el fin del terrorismo. Pero si él lo hizo, ¿por qué vamos a perder la esperanza de que otros sigan su ejemplo?
Irene Villa